Interlink – Conectar computadoras por puerto serial o paralelo

Hoy en dí­a compartir información entre distintos ordenadores nos parece algo natural que apenas llama nuestra atención. Las tarjetas de red, que sirven para comunicar distintos ordenadores entre sí­, vienen ya de serie en la placa base, y sólo tenemos que enchufarla a un “switch” o “hub” para disfrutar de una comunicación fluida.
Supongamos que el equipo no posee unidad de CD-ROM ni tarjeta de red, o incluso que no cuenta con sistema operativo desde el que hacer nada. Antes de dar por perdido el sistema, tranquilos, existe una solución.
El sistema Interlink es de Microsoft®, y está orientado a usuarios de este sistema operativo. Es una conexión directa por cable, que permite que las unidades de un sistema se conviertan en unidades virtuales del otro, a las que tendrá acceso. Lo primero que es necesario es un cable LAPLINK o NULLMODEM. El primero es un cable paralelo-paralelo (tí­picamente donde se conecta la impresora), con algunos de sus hilos cruzados. El segundo es un cable serie-serie (donde antiguamente se conectaba el ratón) también con un par de hilos cruzados. Estos se pueden comprar en cualquier tienda o fabricarlos uno mismo.
Después es necesario descargar estos programas. Vienen de serie con los viejos sistemas MS-DOS, pero es probable que ya no tengamos ninguno de sus disquetes. Por ejemplo podemos descargarlos de INTERLNK.ZIP. El archivo comprimido contiene dos programas. Interlnk.exe, que es el programa “cliente”, este es, el que recibirá los archivos que queramos copiar, e Intersvr.exe, que es el programa “servidor” y correrá en el ordenador que contiene los ficheros.
Enchufamos el cable, en cada puerto correspondiente en los dos ordenadores. Si usamos el cable “serie” es mejor usar el COM1 (el primero de los dos puertos serie que suele tener un ordenador) pues usar el COM2 implica demasiados cambios. Nos hacemos con dos disquetes y los formateamos con la opción /S, que creará disquetes de arranque (format a: /s). Si disponemos de algún disquete de arranque de Windows 98, también nos servirá. En el disquete destinado al servidor copiamos el programa Intersvr.exe. En el disquete destinado al cliente copiamos Interlnk.exe y el fichero config.sys que encontraremos en el archivo comprimido que hemos descargado.
Ahora corremos el programa servidor, introduciendo el disquete, reiniciando el ordenador con él introducido, y ejecutando a:\intersvr.exe en la lí­nea de comando. Si el ordenador no arranca desde disquete, será necesario indicárselo en la BIOS, en la opción normalmente llamada “Boot Sequence” que indica el orden de los dispositivos de arranque. Una vez funcionando el programa servidor, aparecerá en pantalla un programa en modo texto y no seremos capaces de hacer mucho más. El programa quedará en espera de que se conecte el cliente.
Ahora introducimos el disquete en el ordenador cliente y arrancamos. Si todo va bien, aparecerán durante el arranque unas indicaciones que nos harán saber si la conexión ha sido posible, y nos indicarán de qué manera han sido mapeadas las unidades. Esto significa que la unidad C: del servidor, por ejemplo, se volverá la unidad E: en nuestro cliente, y la unidad de disquete del servidor (tí­picamente A:) podrá ser quizás la G: de nuestro cliente. De esta manera tenemos acceso a ellas como si de una partición local más se tratara. Ejecutamos a:\interlnk.exe en el cliente, y ya casi habremos terminado.
Ahora tenemos que irnos al cliente (en el servidor no hay que hacer nada) y copiar en modo MS-DOS la información que nos interese.
Por ejemplo:
copy g:\windows.zip c:\windows.zip
copy g:\*.* c:\datos\
Que hará pasar los datos de la unidad g: (que por ejemplo puede ser la “c:” en el servidor) a la unidad c: del cliente. Ahora en el servidor aparecerán ciertas indicaciones que nos permiten saber que todo ha ido bien. Algún asterisco parpadeando nos dirá que la información está fluyendo entre uno y otro.
Ya está, así­ de sencillo. Es lo más útil para ordenadores portátiles desfasados, que incluyeron unidades de CD-ROM más tarde que los de sobremesa, y muchos se han visto incapaces de traspasar programas que sean más voluminosos que lo que pueda caber en un disquete de 1.44 megas.
En todo caso, existen ciertas consideraciones sobre el tipo de formato utilizado. Normalmente, si no se trabaja con el sistema de ficheros NTFS (no soportado por estos programas) no habrá demasiados problemas.

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