Selecciona un buen teclado

El teclado quizás sea el componente al que menos prestamos atención a la hora de comprar un equipo pero, juntamente con el ratón y el monitor, es uno de los elementos de interacción entre el usuario y el ordenador, y, por lo tanto, de sus caracterí­sticas también depende en gran parte la satisfacción y el nivel de cansancio producido por el uso continuado de nuestro equipo.

La elección de un buen teclado condiciona en gran parte la velocidad con la que escribimos y la existencia o no de dolores de muñeca e incluso cervicales.

¿Cómo funciona?

Un teclado no es más que un conjunto de interruptores dispuestos de un modo determinado, cada uno de los cuales enví­a al ordenador una señal única cuando se pulsa una tecla determinada.
Las teclas forman una matriz y su identificación mediante lí­nea y columna enví­an una señal al microcontrolador del propio teclado, que está en un circuito integrado en el propio teclado, y que interpreta las señales que recibe mediante un programa incluido en el propio controlador (por ejemplo, fila3-columna B = letra A). Este microcontrolador enví­a una señal al ordenador que es recibida por el controlador de teclado de la propia placa base con una transferencia entre ambos controladores en modo así­ncrono.
El controlador de teclado de la placa base es a su vez el encargado de comunicarse con la BIOS del equipo, para activar o desactivar, por ejemplo, el bloqueo numérico, o para comprobar que el teclado está conectado al equipo.

¿Qué aspectos hay que tener en cuenta a la hora de comprar un teclado?

Mecánico o de Membrana

Los teclados mecánicos constan de una serie de teclas con unos interruptores mecánicos colocadas encima de unos muelles, que son los que hacen retornar las teclas a la posición original, de modo que al ser pulsadas éstas hacen contacto con unas terminaciones metálicas del circuito impreso del propio teclado, cerrando así­ el circuito, y volviendo a abrirlo al dejar de pulsar por el efecto de retorno del muelle. El contacto establecido entre los terminales metálicos de las teclas y el del circuito impreso determina la señal diferenciada.

Los teclados de membrana se componen de cuatro capas: la inferior tiene una serie de pistas conductores impresas; encima de ella, se coloca una capa de separación con agujeros justo debajo de cada una de las teclas; encima de esta se coloca una capa conductora con pequeñas montañitas debajo de cada una de las teclas y en cada montañita un contactor metálico; encima de éstas se coloca una capa de goma para producir el efecto de retorno a la posición inicial (en vez del muelle). Cuando pulsamos una tecla, lo que hacemos es poner en contacto las dos capas conductoras (la primera con el circuito y la tercera con los contactos) haciendo que el circuito se cierre, y la membrana de goma hace que se separen las capas al impulsar la tecla hacia su posición inicial.

Tanto en los teclados mecánicos como en los de membrana, existen diferentes grados de dureza de las teclas, con variaciones incluso durante el periodo de pulsación. Es este factor, y no solamente el tipo de teclado, es el que (en la mayoría de los casos) determina la comodidad y facilidad de uso del teclado.
Sin embargo, los teclados mecánicos suelen requerir una pulsación más suave y con una fuerza continuada, aunque la profundidad de hundimiento de cada tecla puede hacerlo más o menos agradable dependiendo de la velocidad (pulsaciones por minuto) que queremos alcanzar al escribir.
Por el contrario, los teclados de membrana requieren una mayor fuerza en el tramo final de la pulsación para vencer la resistencia de la capa de goma de cubre las capas puramente electrónicas. Esta mayor resistencia no supone un obstáculo para aquellas personas no acostumbradas a un teclado profesional de máquina de escribir eléctrica, dándoles mayor seguridad y provocando un menor número de errores al “acariciar” las teclas contiguas. Debemos recordar, sin embargo, que el teclado de membrana aguanta menos el paso del tiempo y el uso continuado, dando lugar a que ciertas teclas más usadas pierdan parte de esa resistencia a la pulsación, con la consiguiente desigualdad que notaremos al escribir e incluso llegando al extremo de que ciertas teclas queden pulsadas por la pérdida de capacidad de retorno de ciertas zonas de la membrana de goma.
Para un uso continuado y/o profesional del teclado, para oficinistas, secretarias, escritores, etc., la elección es clara: TECLADO MECÁNICO. Para el resto de los usuarios, y para todos en general, MEJOR PROBAR ANTES DE COMPRAR.

Teclados Ergonómicos

Se basan en el principio de que dividiendo el teclado principal colocando en ángulo cada una de las mitades los codos descansan en una posición mucho más natural, y cambiando la curvatura del teclado y añadiendo un pequeño reposamuñecas, el ángulo de escritura es mucho más cómodo para el usuario.
Existen modelos económicos con un simple (o espectacular y de dudosa utilidad) reposamuñecas y otros con el teclado dividido con o sin reposamuñecas. Como dije antes mejor probar antes de comprar, pero tendremos que teclear bastante para notar realmente la diferencia o al menos utilizar ambas manos (y no sólo dos o cuatro dedos) para escribir. Puede, sin embargo, ser una buena oportunidad para comprar un buen programa de mecanografí­a y convertirnos en unos verdaderos ases del teclado.
Sin embargo los teclados que tienen las teclas divididas en dos mitades tienen un “pequeño” defecto: si utilizamos simultáneamente el ratón en una mano y el teclado en la otra, la mano del teclado tiene que veces que hacer unos desplazamientos bastante incómodos y antinaturales, porque las teclas de la mitad contraria nos quedan en una posición de difí­cil acceso.

Teclados Programables

Como ya hemos dicho, el propio teclado lleva una microcontroladora interna (que se comunica con la controladora de teclado de la placa base) con un programa integrado que interpreta las señales producidas al cerrarse el circuito cuando dos terminales (tecla y circuito integrado) entran en contacto.
Este programa reside en una ROM (memoria de sólo lectura), la cual puede almacenar muchos otros datos, además del código del teclado (paí­s) y la posición de las teclas, pero para interpretarlos, se ha de instalar un driver (controlador de dispositivo) que interprete las señales.
La mayorí­a de los teclados que se venden actualmente tienen teclas específicas para Windows, que son interpretadas por el propio sistema operativo sin un driver adicional, pero existen teclados desde los cuales podemos manejar parámetros concernientes al sonido, la reproducción de CDs musicales, etc. Han aparecido en el mercado, especialmente de la mano de grandes fabricantes (IBM, PACKARD BELL, etc.) teclados con teclas adicionales programables sin una función especí­fica, a las que nosotros podremos asignar la ejecución de nuestras aplicaciones favoritas, el guardado de documentos, impresión, etc.
Realmente estas caracterí­sticas suponen un valor añadido para un teclado, pero no deja de ser un argumento para encarecer el componente, cuya utilidad debe determinar el propio usuario.

Teclados Especiales

En primer lugar, debemos recordar que un teclado AT no se diferencia de un teclado PS/2 en nada más que el conector utilizado para conectarlo a la placa base, de modo que si ampliamos o compramos un nuevo equipo podemos utilizar nuestro amado teclado de siempre comprando un adaptador.
¿Y los teclados inalámbricos? Pueden fallar si están mal orientados, pero no existe diferencia con un teclado normal. En vez de enviar la señal mediante cable, lo hacen mediante infrarrojos, y la controladora no reside en el propio teclado, sino en el receptor que se conecta al conector de teclado en el PC.
Existen también teclados industriales de alta resistencia a “todo lo que caiga“, pero a menos que la casa amenace ruina, no vale la pena gastarse el dinero en ellos.
Si queremos conectar a nuestro equipo un teclado USB, primero debemos tener una BIOS que soporte un teclado USB (actualmente, todas ya tienen este soporte) y en segundo lugar debemos tener instalado Windows 98 o al menos Windows 95 OSR2.X con el “Suplemento USB” (en el caso que estemos mirando una pc muy viejita). Pero, ¡Cuidado!, un buen teclado USB debe tener en su parte posterior al menos un conector USB adicional para poderlo aprovechar como HUB y poder conectar a él otros dispositivos USB como ratones, altavoces, etc. Si no, la verdad es una tontería comprarlo, pues no liberamos posibilidades de expansión del equipo al tener el teclado su propio conector.
Una vez decidido el tipo, ¿en qué aspectos hemos de fijarnos a la hora de escoger un teclado?

Buffer de teclado

El “Buffer de teclado” permite pulsar simultáneamente varias teclas, por ejemplo CONTROL+ALT+SUPR, de manera que responda a la orden procesando simultáneamente las tres pulsaciones. Sin embargo, si vamos a utilizar el teclado para algunos juegos modernos (mejor tener un joystick o un gamepad), necesitaremos poder pulsar simultáneamente a veces incluso hasta 6 teclas, por lo que sería conveniente escoger un teclado que permita esas 6 pulsaciones, aunque los hay que incluso permiten pulsar un número ilimitado de teclas simultáneamente y procesarlas juntas.

Peso

Un teclado pesado suele ser sinónimo de calidad, porque suele indicar el uso de piezas metálicas en vez de las cada vez más abundantes piezas plásticas, o al menos indica que el plástico es de un cierto grosor que le hace más resistente.
No es plan de hacer destrozo con nuestro amado teclado, pero si probamos a tomar el teclado por los extremos y girar ambas manos en sentido contrario una de la otra, un teclado de baja calidad se retorcerá ostensiblemente, mientras que uno de buena calidad apenas si variará de forma.
Además, el peso permitirá que el teclado no vaya desplazándose por la mesa al teclear, lo que le dará mayor estabilidad.

AT o ATX/PS2

No es una cuestión de gustos. 
Si tenemos una placa AT, muy probable si nuestro equipo es un Pentium o anterior, o incluso si tenemos un AMD K6-2, nuestro teclado debe ser de tipo AT, es decir, con conector DIN.
Si tenemos una placa ATX, probable si nuestro equipo es reciente, el teclado debe ser de tipo ATX, es decir, conconector PS2.
Sin embargo, pueden estar tranquilos: si te estas actualizando de un equipo de placa AT a uno con placa ATX, no hace falta cambiar el teclado, pues existen adaptadores de DIN a PS2. Y, por el contrario, si quieres comprar un flamante y nuevo teclado que sólo tiene conector PS2, no hay tampoco problema, pues también hay un conversor PS2 a DIN.
Otro problema diferente son los teclados USB. Sin embargo, los primeros teclados USB (como el Microsoft Natural Keyboard Elite) son teclados PS2 que incluyen un adaptador para el puerto USB, pero los nuevos teclados USB nativos serán un problema, por lo menos hasta que exista un adaptador USB a DIN y USB a PS2, suponiendo que existan alguna vez.
Sin embargo, yo recomiendo escoger el teclado adecuado a nuestra placa base, porque el adaptador es una fuente más de posibles errores y además alarga por la parte posterior del equipo el espacio libre que se debe dejar, por lo que al aproximar el equipo sin querer contra la pared podemos dañar el cable del teclado o, lo que es más grave porque nos obliga a cambiar la placa base, el conector del teclado de la placa base.

Teclas

Por un lado el tamaño: hay muchos tamaños de teclas, al igual que muchos tamaños de dedos, por lo que si las teclas son muy pequeñas y además están relativamente juntas, y nuestros dedos son gordos, tendremos problemas de letras indeseadas al teclear.
De especial importancia es el tamaño de las teclas ENTER/INTRO (cambio de lí­nea, ejecutar, tec.) y BACKSPACE (borrado hacia atrás), que deben ser de mayor tamaño que las demás teclas, no sólo para que se distingan bien, sino para hacer más cómoda su pulsación, pues son las teclas que más se pulsan.
Por otro lado está el tema de las tapas de las teclas y la calidad de impresión de los caracteres sobre ellas. Si los caracteres impresos nos parecen demasiado endebles, seguro que lo serán, y a poco que usemos el teclado, o tengamos que limpiarlo de vez en cuando, empezaremos a tener teclas misteriosas: ¡Una buena razón para aprender mecanografí­a y acostumbrarnos así­ a escribir sin mirar al teclado!
Por último está la posición y distribución de algunas teclas. Serí­a de agradecer que las teclas de función (F_ _) estuviesen en el lateral izquierdo en vez de en la parte superior (como los primeros teclados extendidos), pero los teclados actuales con esta disposición no suelen ser baratos. Las teclas del CURSOR (las flechitas) suelen formar una “T invertida”; si formasen una cruz, evitarí­an algunos errores, sobre todo en los juegos, pero el caso de algunos teclados ergonómicos partidos es sangrante: usar el ratón o el joystick con la mano derecha y el cursor con la mano izquierda nos obliga a colocar el teclado verticalmente (¡Suerte que tienen los zurdos! ¡Por una vez!). Finalmente, las nuevas teclas Windows son muy cómodas, pero dentro de poco casi no veremos la barra espaciadora.

Comentarios

Publicar un comentario

Entradas populares